.Que me guste tener miedo

 Siempre pudiste resistirte a tus deseos, y sigues pudiendo. Por eso morirás decepcionado. Por eso vivirás atisbando en cada rincón buscando todo el orgullo que no puedes permitirte; ni perder, ni pedir prestado. Por eso lloraste cuando te regalaron aquella nariz de clown por tu cumpleaños y por eso fuiste gastando las caricias soñando, para no tener que atreverte a utilizarlas algún día.

 Siempre quisiste volar, pero te daba miedo batir las alas, no fuese a ser que te alejases demasiado. Siempre quisiste añorar, pero no tuviste el valor de vivir, ni de hacer cuentos; no querías jugar si no eras tú el que decidía el argumento. Y así crecieron tus recuerdos; en un circo de payasos sin nariz, amores sin rostro y emociones sin nombre.

 Nunca te preguntaste por qué aquellos atardeceres no picaban en los ojos ni por qué a la orilla del mar el pelo no se te enredaba travieso entre besos con la arena. Por qué tu saliva no sabía a nada, a nada... Por qué mirarte a los ojos era atravesarte y perderme en otro sueño más, en otro más allá de ti, en otro mañana.

 Tal vez arrancarme la perfección a tiras, con los pies descalzos y vestido de arlequín; cantar más, pensar menos, buscar las respuestas más cerca de los ojos, de las manos, de los gestos... Tal vez dejar de soñarme y arrastrarme dentro de mis deseos; que no me importe desafinar, que me guste tener miedo.


Que se rían de mí. Mucho. 

Y que me guste tener miedo.

Entradas populares